RABO DE TORO LACADO “CÓRDOBA STYLE”, UN BUEN PURÉ Y SUS CHIPS DE REMOLACHA


No os dejéis llevar por el nombre.. jaja me gusta meterle chicha.

Este plato es bastante agradecido, además permite que lo cocinemos con antelación y de hecho gana cuando han pasado unas horas.

Debido a que el rabo de toro de lidia es un producto de tiempo definido se convierte en un ingrediente muy solicitado, y hay que pagarlo, así que generalmente cuando se habla de rabo de toro se habla de rabo de buey o añojo o ternera.

Cuando hablo de rabo de toro, hablo de Córdoba (mi tierra) y cuna de esta receta. Por eso lo de “Córdoba style” porque está hecho al estilo cordobés pero con un toque a mi manera. Aunque no penséis que ésta es reciente, es una mezcla de tradición y evolución histórica.

Normalmente la carne con mucho hueso como la del rabo de toro, es más sabrosa que el resto por las siguientes razones:
1º, esta carne, se encuentra en el lugar muy próxima al hueso, donde están los tendones y otros tejidos conjuntivos que unen los músculos al hueso, cuando la proteína de colágeno de éstos se cocina se convierte en gelatina resultando más blanda.
2º, en muchos cortes de carne, como la del rabo, se encuentra mucha grasa cerca del hueso, que es justo donde se concentran la mayor parte de sabores de la carne.
3º, al cocinarse la parte interna y próxima al hueso no recibe tanto calor como la parte externa, ni se cocina con rapidez (es decir, no sufre el impacto del calor directo) por lo que queda más tierna, jugosa y aromática.

Según los críticos gastronómicos el rabo de toro es uno de los platos más deliciosos que puedes llevarte a la boca. ¿Sabías que los antiguos egipcios ya consumían toro en época faraónica? la carne de toro era muy apreciada entre la corte faraónica y las clases de poder. Supuestamente este alimento se consideraba afrodisiaco si de rabo de toro se trataba.

Aunque las virtudes afrodisíacas del plato, son las mismas que puede tener cualquier otro estofado de gran aporte calórico, similares características, y que beneficiará igualmente a todo tipo de ejercicio físico que desarrolle aquel que lo coma.

El estofado es esa forma de cocinar la materia prima con aceite, vino, cebolla, zanahoria y especias. Se rehogan los ingredientes en aceite y se mojan con el vino y el caldo para que se cuezan las verduras, tapado, a fuego lento y prolongado para que los vapores aceleren la cocción y la mezcla de sabores.

El secreto de este plato está en no tener prisa, absolutamente ninguna y en un buen vino, por favor, no me utilicéis vino guarrindongo tipo brick...

Aquí tenéis dos imágenes del plato, al final de la receta tenéis todas imágenes del proceso.





INGREDIENTES (4 personas)

2 rabos de toro
2 tomates
2 cebollas medianas
1 puerro
2 zanahorias
1 l. de vino tinto (ojo con el vino que le echas que te estoy vigilando)
2 dientes de ajo
750 ml. de caldo de carne
laurel, sal y pimienta
harina
chocolate

ELABORACIÓN

Ni que decir tiene que el carnicero nos venda el rabo ya troceado porque sino trabajito cuesta...

Salpimentar los trozos de rabo de toro y enharinar. Marcarlos, dorarlos o sellarlos como queráis llamarle en un perol amplio con un chorrito de aceite de oliva.

Una vez tenemos los trozos sellados, pochamos en ese mismo aceite las verduras en el siguiente orden: primero la cebolla, seguida del puerro, todo limpio y cortado en trozos grandecitos y los ajos enteros.

Seguidamente añadir el laurel, y las zanahorias peladas y a láminas, incorporar el tomate. Pochar un poco esas verduras, sazonar e incorporar los trozos de carne, cubrir con el vino y el caldo y poner a fuego alto.

Cuando rompa a hervir, desespumar, tapar el perol y dejar cocer a fuego lento varias horas (unas tres aproximadamente), no tengas prisas si son más no pasa nada. De vez en cuando destapa la olla y da vueltas a la carne para que se bañe por todas partes, aprovecha también para raspar el fondo con el cucharón para que no se pegue el guiso, tapa y deja que siga cociendo.

Pasado este tiempo comprobar que la carne está tierna (tiene que separarse del hueso sin esfuerzo), comprobar el punto de sal y sacar la carne.

Pasar la salsa por el colador chino sin triturar las verduras pero aplastando bien sobre el colador para que suelten todo el jugo, es importante no triturarlas porque sino nos enturbian la salsa. Seguidamente ponemos la salsa nuevamente al fuego a reducir y ligamos con unas 2 o 3 onzas de chocolate negro amargo hasta que tome algo de consistencia. Ha de quedar espesilla y brillante.

Podéis servirlo así tal cual, napando la carne con la salsa y listo.

Aunque yo para ser más sofisticado he cogido y le he retirado los huesos a la carne una vez cocinada, la he desmenuzado (todo esto en caliente) y he formado rulos de la carne desmenuzada con papel film transparente. Después los he dejado enfriar un rato en la nevera para que se compacten, la gelatina que suelta la carne se encarga de ello. Una vez fríos los he cortado en raciones y los he vuelto a calentar a fuego suave dentro de la salsa hasta que se ha reducido un poco (es decir, yo el paso de reducir y ligar la salsa lo he dejado para después de formar los rollos de carne).

PARA EL PURÉ
Patatas blancas
sal y pimienta
matenquilla y nata

Proceder como de costumbre, hervir las patatas cortadas a partir de agua fría con sal. Una vez hervidas retirarlas del agua de cocción y pasarlas por el pasapurés, salpimentar y ligar con un poco de mantequilla y un chorrín de nata.

PARA LOS CHIPS
Remolacha cocida
aceite de oliva
sal

Cortar finas láminas de remolacha cocida y freírlas en abundante aceite caliente removiéndolas en todo momento para que no se quemen mucho.

MONTAJE DEL PLATO

Como veis muy simple, extender una buena cucharada de puré sobre el plato con ayuda de la cuchara, y rociar de un poquito de aceite virgen extra. Disponer al lado los rollos de carne, naparlos con la salsa y colocar los chips de pié sobre la base de puré de patata.

BUEN PROVECHO!!!!!!!!!!! 

José López