RISOTTO DE ARROZ NEGRO


Hola nuevamente, vuelvo a las andadas después de varios días de ausencia. Estaba ocupado con los exámenes y no quería realizar cualquier cosilla rápida para publicarla con prisas. Así que hoy ya con un poco más de relax le he metido mano a un arroz negro que llevaba un tiempo con ganas de comerme.

Imagino que ya sabréis que el arroz negro o arros negre (en su origen) es un plato de arroz seco, cocinado en paellera o cazuela de barro de un sabor y aspecto muy característicos. La base es un sofrito de ajo y cebolla picada que junto con trozos de sepia, calamar, chopitos o pota, la tinta de estos y un buen caldo de pescado dan a este plato esa característica tan peculiar que tiene.

La elaboración de arroz negro es siempre una delicia para nuestros sentidos, pero si además te gusta la cremosidad del risotto, prueba a elaborarlo uniendo ambas técnicas. La simbiosis es perfecta.

Como reseña histórica hay que decir que en Europa, el arroz no empezó a cultivarse como tal hasta la llegada de los árabes. Y más en concreto, se puede decir que el arroz negro es una receta típica de la cocina del litoral español, siendo la costa de Levante y Cataluña las zonas que se disputan su autoría. De lo que no queda duda es de su relación originaria con los marineros quienes lo aderezaban con la tinta que desprendían los cefalópodos que pescaban. Sea como fuere, es un plato que no deja indiferente a nadie puesto que el sabor intenso que le da la coloración con la tinta de la sepia o el calamar es de lo más sabroso que hay.
El encanto de este plato se debe, por un lado, a la insólita coloración del arroz, que no muestra el color característico que tiene todo arroz habitualmente, y por otro, el hecho de que la tinta le de un sabor intenso que al probarlo parece que un trocito del mar ha llegado directo al paladar.


INGREDIENTES

400 gr. de arroz de grano redondo

500 gr. de calamares 

tinta de calamar 

200 gr. de almejas frescas
2 cebollas medianas 

4 dientes de ajo 

1 copa de vino
aceite de oliva 

pimentón dulce
Fumet (caldo) de pescado
1 “nuez” de mantequilla

ELABORACIÓN

En un cazuelo freír ligeramente el ajo picado junto con las 2 hojas de laurel, cuando el ajo esté algo dorado añadir la cebolla picada en brunoise y cocinar a fuego lento hasta que la cebolla se vuelva transparente.

Incorporar el refrito de ajo y cebolla a la paellera o cazuela donde vayamos a cocinar el arroz. Añadir los trozos de calamar (o sepia o potón o chopitos) y la tinta desleída en un poco de fumet caliente. Dejar reducir sin tapar.

Añadir el arroz aumentar el fuego y dejar nacarar un poquito (es decir, hasta que se vuelva transparente), espolvorear de pimentón dulce y mojar con vino y a fuego vivo dejar que se evapore un poco, y a continuación ir agregando un poco de fumet. Remover hasta que el arroz absorba el fumet. A los 5 minutos, incorporar más fumet cucharón a chucharón conforme sea necesario. A media cocción incluir las almejas escurridas. Continuar la cocción.

A diferencia de la paella o arroz negro clásico que una vez que se ha incorporado el líquido se deja sin mover, en el risotto se va incorporando poco a poco el caldo (siempre caliente) y se va moviendo para que vaya absorbiendo el almidón del arroz y se vaya formando una preparación cremosa.

Una vez terminada la cocción del arroz (unos 18 minutos) le agregamos una nuez de mantequilla bien fría y removemos con el cucharón. Esto se hace para lograr un mantecado correcto.

Para presentarlo en hervido ligeramente durante escasos segundos unas tiras de calamar y almejas que después he colocado por encima.

JOSÉ LÓPEZ