PIRULETAS DE PARMESANO Y PIPAS


En ocasiones no hay que complicarse mucho la vida para sorprender a los comensales. Las cosas más sencillas, fáciles y baratas con un toque de modernidad y un aire original pueden ser las más aplaudidas. Y sino que se lo digan a estas piruletas de parmesano y pipas. Una actitud tan básica como encender el horno, mezclar el contenido de dos bolsas, extenderlo sobre una placa, ponerle un palillo y hornearlo, resulta ser en la mesa el centro de todas las miradas.

Algo que en su origen es facilísimo, viste nuestra mesa y en el caso de que se trate de una fiesta de niños seguro que arrasarán con todas y cada una de las piruletas sin rechistar.

Yo soy un amante de los quesos, todos me gustan, personalmente me gustan más los curados y algo picantes. El parmesano es uno de éstos, está elaborado con leche de vaca desnatada o semi-desnatada. De pasta dura, cocida y prensada, no tiene agujeros y de color paja. Para quién no lo sepa está amparado por una Denominación de Origen Protegida y como curiosidad decir que un Parmesano suele pesar entre 22 y 36 kg.

Los usos generales de este queso suelen ser rallado, laminado y gratinado, generalmente en platos de pasta y pizza así como en ensaladas. Pero posee muchísimas más aplicaciones, tantas como imaginación tenga tu cabeza.

Hoy vamos a aparcar la imaginación que las piruletas ya están listas así que al lío...












INGREDIENTES

100 gr de parmesano rallado
2 cucharadas de pipas peladas
1 cucharada de semillas de sésamo (ajonjolí)


ELABORACIÓN

Precalentar el horno a 150ºC.

Mezclar todos los ingredientes en un cuenco. Sobre una bandeja forrada con papel de hornear y con ayuda de un aro de cocina extender una fina capa de la mezcla de queso y semillas. 

Retirar el aro, colocar un palillo de brocheta a media altura sobre el círculo y cubrir con otro poco del rallado. Hornear durante 30 minutos aproximadamente a 150ºC. 

Una vez horneadas y frías despegar del papel y servir o guardar en un lugar seco y oscuro.